El grupo integrará los servicios del portal en Youtube con vistas a potenciar el negocio de la tele
El País
San Francisco.- Google ha anunciado este jueves la compra de la empresa Twitch por la icónica cantidad de 1.000 millones de dólares (742 millones de euros). La cifra que el gigante de Internet desembolsará para hacerse con esta plataforma que emite partidas de videojuegos en directo es la misma que Facebook pagó por Instagram el pasado mes de abril.
Desde sus comienzos en 2011, Twitch contó con un éxito inusual. Solo en su primer mes sumó 3,2 millones de usuarios activos. En la actualidad, llegan a 50 millones, de los que 1,1 ejercen también como emisores al compartir sus aventuras en mundos virtuales. La capacidad de retención de la plataforma está al alcance de muy pocos: De media, se consumen 106 minutos de vídeo al día por usuario. Según la empresa de infraestructura de redes Sandvine, ya soporta el 1,35% del tráfico de todo Internet.
Sin embargo, a los mayores de 30 años les sonará muy poco esta empresa nacida en San Francisco hace solo tres años y fundada por Justin Kan, consejero delegado, y Emmett Shear. Kan. sin embargo, no es ningún recién llegado al sector dado que en 2007 ya creó Justin.tv, dedicada a la emisión de eventos a través del móvil y que llegó a ser una plataforma muy popular entre los ciberactivistas. Al lanzar Twitch, Justin.tv se integró con la nueva startup, por lo que ahora pasa a manos de Google. La operación también supone integrar en el grupo de Mountain View a sus 152 empleados.
Junto al éxito entre los usuarios, Twitch también suscitó desde el principio la curiosidad de los inversores, entre los que se encuentran Bessemer Venture, Alson Louis y WestSummit capital. En total, la empresa captó 35 millones de dólares (26 millones de euros) en sus primeras rondas de financiación, lo que supone una cifra muy baja en comparación con lo que paga Google.
Para el grupo dirigido por Larry Page, la compra no solo sirve para aumentar las horas de uso de Youtube, sino también para conquistar el salón de los usuarios a través de su integración con Chromecast, el complemento de Google para el televisor y que está a su vez necesitado de contenido diferente del de Amazon Fire, Roku y Apple Tv, sus competidores. También es una operación positiva con vistas a impulsar los juegos para Android, tanto en móvil como en tableta, un campo que por ahora lideran Sony con PS4 y Microsoft con Xbox One. Twitch tiene acuerdos con ambas. Por 9 dólares al mes (6,6 euros) se puede acceder a la plataforma eliminando los anuncios.
La frontera entre el ocio digital pasivo, lo que sería el consumo de vídeo tradicional, y el activo, como el uso de videojuegos, se diluye en este caso. Los medios especializados en juegos fueron los primeros en promover la emisión de campeonatos online como si se tratase de eventos deportivos. De hecho, los participantes entran en Estados Unidos con el mismo visado que los deportistas profesionales.
En España, hay algunos casos célebres como Rogel Mangel, Willy Rex y Rubius, con canales en YouTube con varios millones de seguidores. Aunque no aportan cifras abiertamente, el CPM (coste por mil impresiones) que manejan de media estos pequeños productores especializados es de tres dólares. Una estimación aproximada de sus ingresos arroja una facturación de entre 15.000 y 20.000 euros mensuales.
En 2006, cuando Google compró YouTube cuando el portal de vídeo era una empresa de menos de 30 trabajadores, la cifra a la que se cerró la operación llamó la atención con 1.650 millones de dólares (1.225 millones de euros). Ahora, paga más de la mitad por un complemento para YouTube, donde se integrará Twitch.
La operación, asimismo, confirma que el entretenimiento audiovisual es uno de los focos de interés de los grandes de Internet. Dentro de esta estrategia, Twitter compró Vine, empresa dedicada a imágenes en movimiento de solo seis segundos de duración. Facebook contrarrestó incluyendo vídeos de hasta 15 segundos en la red social y, hace un año, Yahoo! intentó adquirir a la francesa Dailymotion, competidor directo de YouTube. Desde entonces, la lucha por la empresa de Marissa Mayer por ganar cuota en este terreno es constante pactando desde la producción de series, como la próxima temporada de The Office, a acuerdos con creadores de contenido algo más informal a cambio de un margen publicitario mayor.
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